La historia del sinfín, una de las herramientas más simples y eficaces del hombre para transportar volumen de materiales puede remontarse en más de 2.000 años a la antigua Grecia y el desarrollo del “Tornillo de Arquímedes”.
Aproximadamente 240 A.C., Arquímedes, matemático griego y renombrado inventor, perfeccionó un dispositivo tubular en espiral para remover el agua desde una larga embarcación. Haciendo esto se convirtió en el primer hombre en darle al sinfín una aplicación práctica.
Hoy el sinfín juega un papel importante en una gran variedad de industrias. Porque es compacto, versátil y económico, se ha convertido en uno de los mecanismos más usados para el transporte y distribución de materiales en volumen.
A parte de su utilidad como un medio para mover materiales, el sinfín con ciertas modificaciones y/o variaciones en arreglos mecánicos, también puede ser utilizado para realizar otras funciones importantes.
Puede usarse para mezclar o agitar. En aplicaciones donde el control del flujo de material es crítico; el sinfín transportador puede usarse como un dispositivo de medición muy exacto. Operando en una canoa que lo aloja puede usarse como una calefacción o dispositivo refrescante. Porque puede sellarse eficazmente, es sumamente valioso en aplicaciones donde el polvo o el humo deben confinarse dentro del transportador o donde la humedad o contaminantes deben dejarse fuera.
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